martes, 4 de junio de 2019

¿Cuál es tu rebote?


Se me antoja que si Simón José Antonio no hubiese perdido a su amada Marquesa del Toro, hubiese dedicado su vida a su familia y a sus negocios; se me antoja también que hubiesen pasado años viajando por el mundo con todos sus bolívares, vivido en la pujante Europa durante sus años maduros para luego terminar sus vidas en sus haciendas, en estas tierras de múltiples paisajes y colores, tan españolas ellas, en la ya longeva Capitanía de Venezuela. Pero no. Su amor romántico murió por culpa de un bicho y ahora tenemos al General Bolívar como a nuestro Libertador. Ese fue su rebote.

A la luz de este antojo, ¿cuáles serían las circunstancias que motivaron que las grandes personalidades de la humanidad llegaran a ser tales? ¿Cuáles fueron sus rebotes? Existe una gran tentación por describir a estos personajes como de grandes almas, cuando sabemos por chismes que muchos fueron seres tímidos, atormentados y hasta sociópatas.

Pudiera ser que a quién se le dio por liberar a un pueblo del yugo extranjero tuvo como motivación liberarse, en primer lugar, del yugo de su padre. Se pudiera ventilar que a quien le dio por ser el mejor en su área lo hizo porque siempre fue cuestionado cuando niño. Incluso podría decirse que quienes se destacaron como genios del arte o la ciencia, tuvieron la “ventaja” de la soledad que produce la desatención parental.

En el otro extremo, se pudiera afirmar sin mucho temor al desatino, que quienes tuvieron vidas más apaciguadas, lubricadas con afecto, entre caricias y pequeños reconocimientos, nunca fueron “grandes celebridades” de nada, sino para su familia y amigos, para luego terminar, felizmente, en el anonimato colectivo.

Es un tema serio y nuevo, por lo que luce enmarcado más en la especulación y algo de sorna. Sin embargo, no deja de ser interesante saber: ¿cuál es tu rebote?

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