lunes, 19 de agosto de 2019

"El País"

La crisis que tenemos desde hace rato en el país se convierte inmediata e inevitablemente en el tema de conversa. Ese “país” se va convirtiendo en la terrible referencia con la que adjetivamos todo lo malo a nuestro alrededor. Pues déjame decirte que “el país” se está metiendo en la casa, en el trabajo, en la escuela, en la empresa, en la iglesia; y como está regado por todos los rincones, la nueva moda luce normal, porque “la cosas son así”, porque “hay que sobrevivir”, porque “sálvese quien pueda”. Es así, entonces, como vemos corrupción en el trabajo y la iglesia, robos y asesinatos en las casas y las escuelas, dictaduras y abusos en los hogares, las escuelas y las oficinas públicas, además de la indiferencia que cobija todo el panorama. Ojalá que algún día no muy lejano deje de existir esta normalidad contemporánea que nos hace participar a juro, cuando menos, como cómplices silenciosos.

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