Nuevas creencias en defensa propia. Nuevas creencias que permitan que la vida fluya solo con los dramas que merezcan la pena vivir. Eso necesitamos. Seguir a cuestas con plantillas ajenas de cómo vivir nuestros días ya sacó la llaga correspondiente y hay que parar. Ya basta. Compartir preocupaciones no es suficiente para vivir. Revisar los arrepentimientos del pasado o empeñarse en un sueño que no cuadra con nuestros esfuerzos, capacidades y necesidades resulta después de años en demencia evidente. Nuevas creencias, sí. Que no puedas demostrarle a los vagos en qué consisten o su veracidad, eso es cosa del pasado. Ahora lo que importa es deslizarse sin propinar heridas, sin crear nuevos malos recuerdos, sin desperdiciar el regalo de la vida.
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