Una mente en paz permanece en paz porque todo lo que actúa sobre ella está en equilibrio.
Una mente en paz actúa con toda claridad ante un evento contingente.
Una mente en paz genera una atmósfera de conciencia, de conocimiento de lo
que realmente está ocurriendo.
La fuerza con la que actúa esa conciencia tranquila es el amor.
Es el amor porque solo el amor es la fuerza que se manifiesta cuando la
mente está tranquila.
La mente en paz solo produce una conducta amorosa, respuestas adecuadas,
incluso cuando se equivoca.
Cuando la mente no está tranquila es porque existe el miedo.
El miedo previene y se predispone a cuidarse.
Nadie ama verdaderamente si tiene miedo.
Cuando se tiene miedo, se cierran las puertas para la entrega total y la
aceptación total.
Es decir que, cuando se tiene miedo, el intercambio debido no avanza y permanece
mutilado.